Si miro fechas, fue ayer, si miro por la ventana, no me lo creo. Y saliendo a la calle todavía menos, paraguas en mano, bufanda, gorro y guantes. Bendita sea la lluvia, que buena falta nos hace, pero qué frío, hacía un grado esta mañana cuando he atravesado el Retiro camino al gimnasio.
Según la “tele” durará poco y volverá el sol y el calor, así que, pronto toca enfrentarse con el armario y su contenido. Ya se sabe, cambio de temporada significa cambio de armario.
Es un momento perfecto para planificar este vestuario básico que todas deseamos pero pocas veces conseguimos.
El armario revuelto y la duda de cada mañana: ¿qué me pongo hoy? El bombardeo de nuevas tendencias, la publicidad, lo que opinan las amigas, lo que sugiere tu pareja y tu propia indecisión pueden ser las respuestas de que tengas un montón de prendas estrellas pero que no forman equipo.
Si te reconoces, y verdaderamente quieres conseguir que tu armario esté en orden, prepárate para una tarea, para muchas, ingrata y difícil: descartar y clasificar la ropa y los complementos.
Necesitarás papel y lápiz para hacer tres columnas: “Tengo”, “Combina con”, “Necesito”.
En la primera columna apuntas y clasificas las prendas por modelos y colores. En la segunda apuntas las posibles combinaciones de cada prenda de tu vestuario. Finalmente, en la columna “Necesito” apuntarás lo que debes ir comprando poco a poco hasta completar tu vestuario básico. Se acabaron las compras por impulso, las excusas del tipo “Era el único que quedaba en mi talla” o “Solamente había en negro”.
¡¡¡Suerte!!!
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